Un informe nuevo de Estudios Técnicos, Inc. revela el avance acelerado del envejecimiento poblacional en la Isla y sus profundas implicaciones sociales, económicas y de política pública
SAN JUAN – Puerto Rico está atravesando una transformación demográfica sin precedentes: casi uno de cada cuatro habitantes ya tiene 65 años o más. Según datos de la Encuesta sobre la Comunidad del Censo de EE. UU. (2023), esta población asciende a 770,861 personas, lo que representa el 24% del total, frente al 14.7% que representaba en 2010. Esta tendencia convierte al país en una de las jurisdicciones con mayor proporción de personas mayores en el mundo.
Así lo detalla un nuevo informe publicado por Estudios Técnicos, Inc. en su revista Perspectivas, donde se presenta un análisis exhaustivo sobre el perfil y las condiciones de vida de las personas mayores en la Isla. El documento también advierte sobre la lentitud del ecosistema de servicios sociales y de salud en adaptarse a esta nueva realidad.
El informe muestra cómo este grupo poblacional enfrenta múltiples vulnerabilidades: el 48.8% vive con alguna discapacidad, el 39.2% está bajo el nivel de pobreza y el ingreso promedio de sus hogares es de apenas $20,859. Más de 193,000 adultos mayores viven solos; de ellos, casi el 58% se encuentra en pobreza, y más de la mitad enfrenta problemas de vivienda, ya sea por costos excesivos o falta de facilidades básicas.
Geográficamente, los municipios del centro y sur de la Isla presentan las tasas más altas de pobreza en este grupo. La educación emerge como un factor determinante: el 57.2% de quienes no completaron escuela superior vive bajo el nivel de pobreza, en contraste con solo el 15.5% de quienes poseen un bachillerato o grado superior.
Frente a esta realidad, el informe plantea la urgencia de adoptar políticas públicas robustas, tomando como referencia iniciativas exitosas en otras jurisdicciones. Estas incluyen programas de envejecimiento activo, vivienda accesible, capacitación laboral para mayores de 50 años y modelos de convivencia intergeneracional. En Puerto Rico, se destacan iniciativas como el Plan Decenal de Envejecimiento Saludable (2021–2030), liderado por el Departamento de Salud, y la Agenda 360 de AARP, que propone estrategias integradas en salud, seguridad económica, comunidades habitables y vínculos sociales.
El informe concluye que para construir un país en el que valga la pena envejecer, se requiere una respuesta coordinada, basada en datos, y centrada en la dignidad, equidad y participación activa de las personas mayores.