El Proyecto del Senado 113, presentado por el senador Carmelo Ríos, endurece las penas por malversación de fondos y fraude contra envejecientes
San Juan, Puerto Rico – El Senado de Puerto Rico aprobó ayer, jueves, con 24 votos a favor, el Proyecto del Senado 113, que enmienda el Artículo 127-C de la Ley Núm. 146-2012, conocida como el Código Penal de Puerto Rico. La medida busca fortalecer la protección de los adultos mayores frente a la explotación financiera, un problema en aumento en la isla.
El proyecto, presentado por el vicepresidente del Senado, Carmelo Ríos, responde a la creciente preocupación por los casos de fraude y abuso financiero que afectan a esta población vulnerable. Aunque la Ley 138-2014 ya tipificó la explotación financiera como un delito, se identificó la necesidad de ajustar las clasificaciones y penas para reflejar con mayor precisión la gravedad de estos actos.
“La explotación financiera de nuestros viejitos, ya sea mediante la malversación de fondos, la enajenación de bienes o la negación de acceso a sus recursos, es un delito que debe ser castigado con severidad”, expresó el senador Ríos tras la aprobación de la medida.
Actualmente, el uso indebido de fondos de un adulto mayor se clasifica como delito menos grave si la cantidad es de hasta $2,500 y como delito grave si supera esa cifra. Sin embargo, la enmienda propuesta busca reducir el umbral a $500, alineando así la clasificación de este delito con la apropiación ilegal agravada.
Además, la enmienda establece penas de reclusión más estrictas, incluyendo un término fijo de ocho años para quienes incurran en este tipo de delito. Con esta medida, se busca garantizar una respuesta proporcional a la gravedad de la explotación financiera y desalentar a los infractores.
El proyecto ahora pasa a la consideración de la Cámara de Representantes y, de ser aprobado, se remitirá a la gobernadora para su firma. Se espera que esta legislación contribuya significativamente a la protección de los adultos mayores, asegurando que quienes intenten aprovecharse de su vulnerabilidad enfrenten las consecuencias correspondientes.