Investigadores confirman que algunas actividades sedentarias pueden proteger la memoria y el pensamiento
Un estudio reciente de la Universidad de Australia del Sur (UniSA) revela que el tipo de actividad sedentaria que realizamos puede influir en la salud cerebral y en el riesgo de desarrollar demencia. La investigación destaca que actividades como leer, conversar con amigos, escuchar música o realizar manualidades estimulan la mente y protegen la memoria, mientras que ver televisión o jugar videojuegos podrían tener efectos negativos.
El estudio analizó los hábitos diarios de 397 adultos mayores de 60 años y concluyó que no todas las actividades sedentarias tienen el mismo impacto. La doctora Maddison Mellow, investigadora principal, señaló que el contexto de cada actividad es clave para entender su influencia en la función cognitiva. “Actividades que implican estimulación mental o social, como leer o hablar con amigos, tienen efectos positivos en la memoria y el pensamiento, mientras que otras, como mirar televisión, resultan perjudiciales” (UniSA: unisa.edu.au).
Un problema global con soluciones simples
Según la Organización Mundial de la Salud, la demencia afecta a más de 55 millones de personas en el mundo, con 10 millones de nuevos casos cada año. En Australia, más de 411,000 personas viven con demencia, siendo las mujeres las más afectadas. Sin embargo, el estudio recuerda que hasta un 45 por ciento de los casos pueden prevenirse con cambios en el estilo de vida.
La investigación subraya que incluso pequeños ajustes pueden generar beneficios importantes. “Si planeas un maratón de películas navideñas, intenta intercalar momentos de actividad física o leer un libro entre episodios. Cinco minutos de cambio pueden hacer la diferencia”, recomendó la doctora Mellow.
El estudio, realizado en colaboración con investigadores de la Universidad de Leicester y la Universidad de Newcastle, ofrece una guía práctica para reducir los riesgos de deterioro cognitivo.
Estas fiestas, apagar la televisión por un rato y optar por actividades más estimulantes puede ser una manera sencilla y efectiva de proteger tu cerebro a largo plazo.